Hoy en día, el enorme tamaño de la ciudad puede resultar desalentador a primera vista, ya que se extiende a lo largo de 1.500 kilómetros cuadrados (580 millas cuadradas) en una inmensa llanura. Sin embargo, resulta muy sencillo desplazarse por la urbe gracias a la extensa red de metro (tube). El eje sobre el que se asienta la ciudad está compuesto por las Casas del Parlamento al oeste y la City al este. La sede del gobierno (situada a poca distancia de la de la familia real) está comunicada con la City, el motor financiero de Londres y de todo el país, por el río Támesis.
Entre ambos lugares se sitúan la mayoría de las atracciones turísticas y las zonas más animadas y concurridas como Knighstbridge o el Soho. Pero la vivacidad y el encanto de Londres se extienden más allá de la Circle Line, la línea de metro que rodea el centro de la ciudad. Zonas residenciales como Richmond (suroeste), Hampstead (norte), Hoxton (este) o Notting Hill (oeste) tienen su propio ritmo y encanto. Al mismo tiempo que la población de la ciudad se acerca inexorablemente hasta los 10 millones, Londres sigue creciendo y prosperando.
La capital es hogar de 37 grupos de inmigrantes, cada uno compuesto por más de 10.000 personas. En sus calles se hablan más de 300 idiomas diferentes. Este auténtico carácter multicultural se hace evidente en cada calle (y en muchos de los restaurantes) y es uno de los motivos clave por los que la gente ama a esta ciudad. Los turistas llegan por primera vez atraídos por la historia y la pompa real, pero después vuelven por el encanto del Londres moderno, su extraordinaria vida cultural, su vibrante movida nocturna y su escena musical, cinematográfica, culinaria y de la moda.
El alcalde decidido a dejar huella en la ciudad, ha puesto en marcha varias estrategias, como por ejemplo el controvertido plan para cobrar una tarifa para acceder en vehículo privado al centro (congestion charge), que ya es una existosa realidad.
Los edificios más altos de la ciudad se encuentran en el lugar donde la evolución y el optimismo que se respiran se hace más patente. Los Docklands y la City (con su nueva y famosa torre "Gherkin") se han desarrollado mucho en los últimos años.
Después de una entusiasta campaña apoyada por muchos deportistas famosos y la mayoría de la población local, la ciudad ha conseguido ser elegida como lugar de celebración de los Juegos Olímpicos de 2012, que tendrán un significativo impacto en el futuro de la metrópolis con respecto al turismo y las inversiones.
Durante los veranos, los hermosos y abundantes espacios verdes de la ciudad se llenan de turistas y trabajadores para disfrutar de los calurosos días, mientras que las terrazas al aire libre aparecen por todos lados. Durante el invierno, uno puede olvidarse momentáneamente de los cielos grises y la lluvia en alguno de los numerosos y acogedores pubs. Otoño y primavera son probablemente las mejores épocas para visitar la ciudad, ya que abundan los cielos claros y soleados.
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